miércoles, 14 de abril de 2010

Alájar asalta al viajero entre bosques de castaños y alcornoques con su espectacular monumento natural, la Peña de Arias Montano.

Las numerosas y pintorescas aldeas engullidas por la frondosidad de la zona acompañan a esta bella población de Alájar, que se sitúa en el corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

La riqueza de sus manantiales y fuentes han moldeado un municipio que sus vecinos han sabido mantener inalterable y engrandecerlo con tradiciones y manifestaciones culturales de gran renombre en la Sierra. Un ejemplo de ello es la Romería de Nuestra Señora de los Ángeles, fiesta grande de la localidad y romería de la Sierra por excelencia.



Aunque existen indicios de la presencia prehistórica del hombre en Alájar, pues la "Sillita del Rey" se ha considerado un testimonio de arquitectura megalítica (Moreno Alonso, 1979; 86) y las oquedades del término facilitarían un hábitat troglodítico, hasta la época romana no encontramos una ocupación intensa del término.

En el siglo V parece que San Víctor vivió en la peña de Alájar, y hay bastante acuerdo en la presencia constante de eremitas y anacoretas, atraídos por la belleza de los parajes de esta sierra.

La leyenda de este territorio se hace realidad en la época musulmana, que le bautiza con el nombre de Alájar, que etimológicamente significa piedra.

En la reconquista, Alájar fué tierra de frontera y litigio entre las coronas de Castilla y Portugal, interviniendo en su toma la orden militar de santiago, quien la obtuvo como lugar de señorío.
Un núcleo importante se asentó en los Montes Orullos, donde se construyó la iglesia dedicada a San Bartolomé.

Desde estas fechas Alájar se va a erigir en asentamiento de mayor vitalidad, reseñado por la construcción de la iglesia dedicada a Nuestra Señora de los Angeles de la Peña, lugar que enlaza con la corriente telúrica de lo sagrado.En 1559, don Fadrique Enrique de Rivera, duque de Alcalá, compraba los lugares de Galaroza y Alájar.

Por la misma fecha, don Benito Arias Montano, famoso humanista, convertía la Peña en atalaya de recreo y meditación. En 1640 Aracena y sus aldeas pasan al señorío del Conde Duque de Olivares.


En estos siglos, los señores ejercen su presión tributaria sobre Alájar, y la misma ciudad de Aracena la presiona en exceso, hasta tal punto que la relación continuada de vejaciones, así como el cobro de los débitos reales y penas, provocaron la huida de varios vecinos a otras partes. Estas razones obligan, con unos bríos inusitados, a pedir continuamente su independencia de Aracena.


En 1700, reinando Carlos II "el Hechizado" y con el consentimiento del señor de Alájar, Marqués de Leganés y principe de Aracena, se le otorgó el título y condición de Villa.

La consolidación de Alájar se realiza en el siglo XVIII. La economía rural se diversificó con un sustancioso incremento de la actividad ganadera y la presencia de comerciantes que eran necesarios "por no producir la tierra para mantener a tanta gente". En 1752 el catastro del Marqués de la Ensenada contabiliza 397 vecinos, y en 1786 el censo de Floridablanca las eleva a 1.875.

En 1857, la rebelión de las minas de San Miguel en Almonaster estuvo protagonizada por naturales de Alájar y fue una revuelta elemental contra la miseria. De esta forma se abren las puertas a un siglo XX presidido por la agonía de un pueblo que abandona su tierra.

El ciclo festivo de Alájar se centra en su fiesta estrella, la Romería de Nuestra Señora de los Ángeles. Esta tiene lugar en la ermita que lleva su mismo nombre en la Peña de Arias Montano.


La víspera de la romería comienzan los actos festivos. Desde Alájar parte “El Poleo”, una comitiva de vecinos y autoridades civiles y religiosas, hasta llegar a la Peña. La madrugada del 8 de septiembre numerosas hermandades de distintos pueblos peregrinan hasta Alájar en carrozas, a caballo y a pie.

Una vez que han llegado las hermandades filiales se celebra la procesión por todo el recinto.

Cuando terminan las celebraciones en la Peña, los vecinos de la localidad continúan la festividad en el pueblo hasta el “Día del Voto”, que tiene lugar el domingo siguiente al día de la patrona.
Las otras romerías que tienen gran aceptación en Alájar son la de la Virgen de la Salud y la Romería de San Bartolomé. La primera se celebra el último domingo de agosto en la aldea de los Madroñeros.

La Romería de San Bartolomé acontece el sábado y domingo anteriores al 24 de agosto. Un cortejo parte desde Alájar a la ermita. El camino se hace más llevadero gracias a un refrescante ponche que es degustado por los romeros. Una vez en la ermita tienen lugar actos religiosos y lúdicos. Destaca entre ellos una capea en un antiguo coso de piedra.


La gastronomía local está centrada en los productos que los vecinos extraen de las fértiles huertas que rodean la población y los manjares derivados del cerdo ibérico elaborados en las matanzas caseras.

Algunos de los platos tradicionales son los guisos, migas y la sopa serrana. En repostería destacan los pestiños, flores, piñonates y postres elaborados con castañas, fruto indispensable en otoño.
En cuanto a la artesanía, se ha recuperado algunas actividades tradicionales tales como la cerámica, la marroquinería y la fabricación manual de taburetes hechos de corcho, materia prima muy abundante en la zona.

La Peña de Arias Montano representa un monumento natural emblemático para la localidad y para la Sierra en general. Su privilegiado emplazamiento permite disfrutar de impresionantes vistas de la población y de las sierras próximas a Alájar.
La composición caliza de este espacio provoca que se creen pequeñas cuevas que aumentan el atractivo de la Peña. Actualmente existen contabilizadas más de una treintena de oquedades, algunas de las más importantes se les ha bautizado con nombres como “Sillita del Rey”, en las traseras de la ermita o “Salón Oscuro”.


En la Peña se sitúa una de las ermitas serranas más visitadas del Parque Natural, la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles. El templo tiene origen medieval, el cual se ha reformado en varias ocasiones hasta nuestros días. En su interior se encuentra la imagen de la Patrona de la Sierra, la cual goza de una enorme devoción en toda la comarca.

Además de paraje natural de extremada belleza, la Peña de Arias Montano ofrece otros elementos de interés históricos y arquitectónicos. Uno de ellos es una portada en forma de arco con aires renacentistas, el cual se supone que daba acceso a un jardín.
Otro de los elementos a destacar es una espadaña acompañada de dos garitas próximas a una valla de protección que delimita el mirador. También existe una fuente que recoge el agua de un manantial inagotable que baja del cerro de la Peña y pasa a través de la población.
El caserío bien conservado constituye otro de los ejemplos de la riqueza visual del municipio. Casas encaladas con tejados rojos en un paisaje urbano adaptado a la topografía e integrado en el medio. Esta buena muestra de arquitectura popular tuvo su reconocimiento en 1982, con la declaración de Conjunto Histórico.
Otro detalle de que respalda este galardón y que se repite en otros pueblos vecinos son los llamados llanos, mosaicos elaborados con piedras en la entrada principal de las viviendas. Actualmente se usan como elemento decorativo con distintos dibujos geométricos combinando la piedra blanca y negra. Pero no hace muchos años tenían una finalidad determinada, la de que las bestias no resbalaran cuando entraban en las casas para dormitar en los patios.
Alájar cuenta con otro edificio religioso en el casco urbano, la iglesia parroquial de San Marcos. Este monumento del siglo XVI preside majestuosamente las calles centrales del pueblo. El templo contaba con un importante patrimonio artístico, pero pocos sobrevivieron a la guerra civil. De entre ellos mencionar una talla de San Marcos del siglo XVIII y otra de San Antonio del mismo tiempo.

En los alrededores de Alájar existen varias pequeños núcleos de población, que empiezan a repoblarse por artesanos y amantes de la naturaleza en estado puro. Algunos de ellos; El Collao y El Cabezuelo, de fácil acceso, y El Calabacino y los Madroñeros a los que sólo se puede acceder a pie por unos bellos senderos.

www.sierradearacena.net

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